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Vista de la ensenada de Bolonia desde las dunas

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Las ruinas de Baelo Claudia en primer plano con el centro de interpretación al fondo


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Interior del edificio con vista hacia el norte

Imagen 1

Boceto del proyecto

Un edificio en el camino a la ciudad romana de Baelo Claudia. Un edificio compacto y unitario, alargado en la dirección E-O y apoyado en la ladera que desciende suavemente hacia la ensenada de Bolonia.
La disposición en abanico de los aparcamientos ligados a la carretera de las Buitreras junto con el camino que el visitante ha de recorrer hasta alcanzar el yacimiento arqueológico aconseja la disposición longitudinal del edificio que permitirá entenderlo como un tramo más de este largo trayecto.
Una sola pieza horadada por cinco patios, cada uno de ellos de distinta entidad y naturaleza. Patio grande, cerrado y arbolado el primero de ellos y abierto en dos de sus lados, como una terraza abierta al paisaje del mar el último del recorrido. Entre ambos, tres patios de menor entidad dotarán de iluminación natural, ventilación y vistas a las dependencias que constituyen el programa de uso interno de la institución. Esta disposición permite que las fachadas no estén expuestas a la dirección de los vientos dominantes, levante o poniente y que todos los huecos abran a patios que a su vez se asoman a las fachadas, evitando al mismo tiempo la escala doméstica y poco conveniente al edificio público. Volumen blanco, construido en hormigón visto, perforado por patios con la poderosa presencia de largos muros cerrados que proponen una imagen en sintonía con las construcciones rurales que jalonan el campo de Andalucía.

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Maqueta de trabajo del centro de interpretación

El programa del edificio se desdobla básicamente en dos grandes áreas: el área pública o de difusión (exposiciones permanentes y temporales, sala de actos, gabinete pedagógico, etc) y el área interna que la componen las áreas de conservación, investigación y administración. El programa incorpora también una cafetería-restaurante vinculada al acceso del edificio y relacionada, por tanto, con las dos grandes áreas.

El edificio, compacto y unitario, se construye en una sola pieza longitudinal orientada en la dirección E-O apoyada en la suave ladera que desciende hacia la ensenada de Bolonia.

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Interior de la zona expositiva con vista hacia el sur con ruinas y el mar al fondo


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Patio de acceso con pérgola y mirador a la ensenada

El programa se desarrolla en dos niveles de manera que el edificio ofrecerá esta altura en su fachada al mar, al tiempo que la fachada norte contará con una sola planta debido a la pendiente del terreno.

Esta disposición en el territorio va a ofrecer una serie de ventajas frente a otras formas de asentamiento. En primer lugar, las fachadas no están expuestas a la dirección de los vientos dominantes, levante o poniente. En segundo lugar, esta disposición es la más natural y económica sobre un terreno con una pendiente del 10%. Por otra parte, la disposición en abanico de los aparcamientos, ligados a la carretera de Las Buitreras y a nuestro edificio, junto con el camino que el visitante ha de recorrer desde éste hasta el yacimiento arqueológico, aconseja una disposición longitudinal, como si el edificio formase parte ya de ese trayecto, como si el edificio se convirtiera en un tramo más del recorrido a la ciudad romana, reduciendo, por tanto, la larga distancia que separa al visitante del aparcamiento situado junto a la carretera.

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Sala principal de exposiciones

Una sola pieza de 120 metros de longitud y una anchura media de 20 m, que se quiebra en su cabeza, en un gesto por salir al encuentro del acceso rodado, al tiempo que dibuja en su geometría la voluntad de adaptarse a la topografía del terreno.
Una sola pieza horadada por seis patios, cada uno de ellos de características y dimensiones diversas le van a permitir resolver satisfactoriamente las complejas necesidades del programa de usos. Patio grande, cerrado y arbolado el primero de ellos y patio abierto en dos de sus lados, terraza abierta al paisaje, el último del recorrido. Se trata, por tanto, de evitar que las ventanas abran directamente a las fachadas exteriores, procurando que todos los huecos abran a patios, patios que a su vez pueden ahora abrirse a fachadas, pero evidentemente los huecos estarán menos expuestos, dadas las extremas condiciones climáticas del lugar donde el edificio va a construirse.

Por otra parte la apertura de estos huecos de patios a fachadas confiere al edificio un carácter de mayor abstracción, más cercano a su condición institucional, evitando así la presencia de una escala más doméstica que sus pequeñas dimensiones, sin duda, habrán de otorgarle.
Fachada continua, de escasa altura, transitada por pozos de sombra, en los que la luz jugará un papel deliberadamente activo en su definición. Volumen blanco, construido en hormigón dejado a la vista, horadado por patios, con la presencia poderosa de largos muros cerrados al exterior y proponiendo una imagen cercana a las episódicas construcciones que jalonan el campo de Andalucía.
En cuanto a su organización distributiva, el edificio trata de adecuarse al programa de usos, separando el área pública del área interna del Centro pero facilitando al mismo tiempo los contactos necesarios para su buen funcionamiento.
El primer patio, patio de acceso, grande y arbolado, contiene la cafetería-restaurante que podría funcionar de manera autónoma—así como el control, aseos públicos y guardarropa. Desde este patio se accede a ambas áreas, situándose la zona pública al final del recorrido.Un trayecto cubierto, solo abierto a la montaña conduce al visitante desde el patio de acceso a un espacio vestibular cubierto, pero esta vez mirando al mar, a modo de terraza cubierta. Espacio de bifurcación. Acceso al área expositiva para el visitante que inicia la expedición, pero al mismo tiempo lugar de llegada del que regresa de la ciudad romana y se dirige al aparcamiento.

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Porche y escalera de acceso a la zona de ruinas


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Vista del centro de interpretación desde la zona de ruinas norte

El área expositiva se divide en tres subespacios: el de ingreso, en el que podría situarse la tienda, con una altura de una planta, la sala de exposición permanente a la que se accede a través de una pasarela, con una altura doble de nueve metros, ya en el nivel inferior, e iluminada por ventanales altos abiertos a la orientación Norte, y por último el espacio destinado a las exposiciones temporales, espacio neutro y versátil, iluminado a través de un pequeño patio. Desde esta zona se accede al salón de actos (multiusos) y al gabinete pedagógico, como sugiere el programa de usos y necesidades del Centro.
Este espacio es punto de partida para el camino de acceso al yacimiento arqueológico, un sendero que se inicia en una terraza apenas elevada sobre el terreno, espacio exterior pero aún edificio y que finaliza en la puerta de la ciudad romana situada sobre la vía principal trazada de este a oeste.

En cuanto a la organización del área interna de la Unidad de Recepción, el área de conservación con sus talleres y almacenes así como el acceso rodado a los mismos y al parque de maquinaria se ubica en el nivel inferior. Las áreas de administración e investigación ocupan la planta alta del edificio, cota de acceso desde el aparcamiento.

El aparcamiento público de bicicletas, coches y autobuses se sitúa a media ladera de manera que el acceso público peatonal puede realizarse a la cota alta y el acceso rodado privado del Centro se produzca desde la cota inferior. Pequeños muretes de contención, realizados de piedra con junta seca, dibujan el abanico que permiten organizar el aparcamiento y resolver la pendiente de la parcela.

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Mirador del patio de acceso


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Conexión del patio de acceso con la zona expositiva


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Sala de conferencias

Esta disposición del aparcamiento permitirá que coches y autobuses no sean visibles ni desde las ruinas de la ciudad romana ni desde la playa. Parasoles horizontales de cañizo podrían cubrir el área del parking, de manera que sólo estos planos ingrávidos sobre el terreno, y los muretes de piedra seca, como los que recorren las sierras de la Plata y San Bartolomé, darían cuenta de la presencia del aparcamiento.
En definitiva, se propone un edificio de escasa altura, a fin de evitar un fuerte impacto sobre el espléndido paisaje de la ensenada de Bolonia, pero que no renuncia a afirmar su matizada presencia sobre el terreno, ya que se trata de un edificio institucional, centro de recepción y puerta de ingreso del Conjunto Arqueológico de Baelo-Claudia. Arquitectura densa y mediterránea, cerrada y compacta, abierta solo a sus patios, que reconoce los atributos del lugar y quiere responder de forma coherente con su delicada implantación.

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Vista desde la zona de aparcamientos


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Ventanal - mirador en la zona expositiva hacia el sureste con la zona de ruinas al fondo