Las relaciones de la medicina legal con la arquitectura no han sido, en general, muy naturales, hecho que se enmarca dentro de la concepción occidental de huir o esquivar todas aquellas cuestiones relacionadas con el sufrimiento de las personas. Nuestra disciplina, desafortunadamente, no cuenta con fórmulas mágicas para evitarlo, y nuestro reto como arquitectos es contribuir, al menos, a aliviarlo desde la ideación primaria del proyecto. Arquitecturas luminosas, amables, dialogantes, fáciles de usar, cercanas al usuario, del mismo modo que las instituciones que albergan, ayudan al personal funcionario a realizar su imprescindible labor y al mismo tiempo facilitan a los usuarios todo el apoyo técnico que sus instalaciones permiten para hacer más llevaderas las siempre poco agradables situaciones por las que deben acudir a estos centros. Antes de iniciar el proyecto estaban en nuestra mente algunas imágenes de bosques nórdicos asociadas a proyectos de Aalto, Lewerentz y Asplund. Lugares para dejar volar la vista, para la reflexión y la esperanza. Los primeros croquis del proyecto trataban de encontrar algo de esto, hacia la lejanía de La Alhambra o de los luminosos atardeceres sobre Sierra Nevada. Enfrentados a una parcela de reducidas dimensiones en la que debía encajarse un extenso programa, se optó por un edificio más compacto, pero sin perder por ello esa idea de elemento liviano y transparente al aire, que pudiera recordar a tantos pabellones destinados a secaderos de tabaco en la Vega de Granada. A través de este entramado de hormigón, algo de esta atmósfera legendaria que rodea Granada se filtrará, y su luminosidad interior rescatará al edificio de la imagen críptica asociada a programas de este tipo.

El solar propuesto para el nuevo Instituto de Medicina Legal de Granada se sitúa en un área en proceso de fuerte transformación, caracterizado por el uso hospitalario del Campus de la Salud, y visible desde la vía de circunvalación y conexión con la costa. La ausencia de referencias urbanas y el destino del edificio, de programa complejo e introvertido, justifican una propuesta conformada por un bloque de clara y rotunda geometría, aparentemente opaco al exterior y abierto únicamente en la fachada principal por medio de un gran pórtico que concentra todos los accesos al edificio. El edificio se configura como una gran arca protegida hacia el exterior mediante unas costillas verticales de hormigón a modo de brise-soleil que proporcionan al edificio ese aspecto ciego y hermético, desde el exterior, al tiempo que luminoso y transparente, desde el interior. Este carácter cerrado y masivo que el edificio ofrecerá al transeúnte diurno, se tornará abierto y luminoso durante la noche, a modo de antorcha.

 

 

 

Eng:

The relationship between legal medicine and architecture hasn’t been, in general, very natural, as a consequence of the western culture avoiding matters that involve suffering. Architecture, sadly, doesn’t have magical formulas to avoid this, and our challenge is to contribute, at least, to relieve it. Bright, kind and dialoguing architecture, closer to the citizens, help the staff in performing their essential work, at the same time giving the users the technical support they need so their stay in these kind of centers are more bearable.
Before we started this project, in our minds we had images of nordic forests, associated to projects from Aalto, Lewerentz and Asplund. Places to let the view fly, for reflection and hope. The first sketches of the project tried to find some of this, towards the remoteness of the Alhambra or the bright sunsets over Sierra Nevada. When facing a plot of reduced dimensions in which we needed to accomodate an extensive program, we decided on a compact building, light and transparent, that evoked the snuff dryers of Granada’s Vega. Through a network of concrete, part of this legendary Granada atmosphere will leak into the building, and it’s interior brightness will rescue the cryptic image associated to the character of these programs.
The proposed solar for the new Legal Medicine Institute is situated in an area in process of transformation, visible from the bypass and connections to the coast.

The absence of urban references and destiny of the building, of complex and introverted program, justify the proposal of a clear block, apparently opaque to the exterior, with the facade’s only opening through a great porch that focuses every entrance to the building.

The building is set as a great arch protected to the exterior through vertical concrete ribs that gives the building its blind and hermetic aspect, from the exterior, at the same time bright and transparent from the interior.

The closed and massive character the building will offer to the passer during the day will become open and bright like a torch, during the night.
The building is located 1,30 m over the outer slope, to allow the dependencies located in the basement to have natural light and ventilation.

The interior natural brightness is even bigger in the heart of the building thanks to the interior emptiness that opens to the sky through a transparent cover.

Light filters through an overhead structure that reconstructs a fictional city, a perfect downtown, recovered from the noise diagram from the bottom of the universe commissioned by the SETI, whose mission evokes the origin, nature and existence of life in the universe.

Ficha Técnica

Nombre del proyecto: Instituto de Medicina Legal de Granada
Arquitectos: Jesús Bozzo, Rosa Palacios, Andrés López
Colaboradores: Marcos Plazuelo López
Promotor/cliente: Junta de Andalucía, Consejería de Justicia y Administración Pública
Localización: Campus de la Salud, Granada
Estructuras: Francisco Duarte Jiménez
Instalaciones: Tomás Ruiz de Terry. Insur JG S.L.
Constructora: Constructora Hispánica S.A.
Superficie: 3405m2
Presupuesto: 2.488.176 Euros