Juan Manuel Rojas, Juan Ramón Montoya, arquitectos
El orden Dórico, Jónico y el Fotovoltaico.
Dos promociones distintas, 28 viviendas y un hotel, conviven en un mismo proyecto relacionándose de forma sinérgica. Comparten un patio que da coherencia al conjunto pero sin homogeneizarlo. Este espacio es el resultado de la suma jerárquica y articulada de patios menores que responden a distintas necesidades interiores. También comparten garaje. Las fachadas del hotel y las viviendas dialogan entre sí atendiendo a sus distintas necesidades.
La normativa obliga a chaflán en las esquinas. Se redacta un Estudio de Detalle que matiza esta exigencia sin contradecirla por completo en las viviendas. La lógica interior de éstas muestra un movimiento de volúmenes que los vuelos de las terrazas se encargan de contener con cierta tensión. En la esquina, estos tendones casi dibujan el obligado chaflán. La otra esquina del solar, la que mira al puerto pertenece sin embargo al hotel y se intenta distanciar atendiendo a su uso, de la trama achaflanada de viviendas que lo circunda. El edificio ocupa el solar de antiguas instalaciones industriales frente al puerto. El hotel, urbano, responde a esta localización con una lógica industrial. La adaptación al entorno es un principio sostenible.
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Los volúmenes del hotel se muestran y articulan con naturalidad, de dentro hacia afuera según su carácter y función. Contenedores acopiados de habitaciones sobre basamento pétreo agrietado de zonas comunes. Grietas profundas por las que penetramos en el interior o húmedas (acristaladas) por la que nos deslizamos en el recorrido vertical del ascensor. Composición dinámica para gente en movimiento, clientela de congresos y exposiciones, empresarios, representantes, gente que embarca.
Utiliza sin complejos energías renovables como la solar térmica y la solar fotovoltaica pero integrándolas realmente en su arquitectura. Integrar arquitectónicamente una instalación puede ser explorar su posible belleza. Ordenar su imagen. En la medida que evitamos la “contaminación visual”, esto también es una actitud sostenible.
Una visera de paneles solares fotovoltaicos queda integrada en cada módulo de la fachada. Además de producir energía eléctrica y evitar molestos deslumbramientos, reducen la carga térmica sobre los vidrios, ahorra energía de climatización y permite utilizar un vidrio más transparente. Se cuida, especialmente, cómo se colocan estos paneles estándar I-50 de Isofotón. Se diseña un marco-soporte y sus elementos de agarre. Se pretende mostrarlos de la manera más elegante y honesta posible creándose un cierto ritmo, un “orden arquitectónico”. La energía generada por ellos es vendida a la compañía eléctrica. Gracias a esta instalación y a la solar térmica de cubierta también integrada en el edificio, se dejan de emitir a la atmósfera casi 300 toneladas anuales de CO2.
El estudio pormenorizado de la circulación del aire, ha permitido racionalizar su climatización y distribución. El patio central es la pieza fundamental desde la planta primera hasta el último sótano permitiendo al edificio respirar inyectando aire limpio y templado desde él y expulsando el aire viciado por los patios técnicos laterales. Es un pozo de luz y aire fresco. El aire frío, por su mayor densidad, se deposita en el fondo, sobre todo por la noche. La condición de excavado, mejora aún más su comportamiento. Mediante unas lamas integradas en un complejo muro cortina al patio, se toma este aire para su utilización en la climatización de salones, restaurantes y hall.