El edificio se ha concebido como un organismo o máquina energética capaz de producir e intercambiar energía con el exterior de una manera óptima. El diseño del edificio ha partido de una malla o matriz energética configurada a partir de la trayectoria solar, la geometría urbana y la orientación de los vientos dominantes de la zona favoreciendo la permeabilidad del edificio al viento fresco de “La marea”. En esta trama geométrica y energética se crean, además, zonas de enfriamiento natural utilizando patios, jardines y láminas de agua – surgidas de la reinterpretación de la arquitectura andalusí – que permiten una atenuación significativa de la temperatura ambiente, reduciendo así el consumo en refrigeración convencional.
Entre las soluciones bioclimáticas innovadoras que aporta el proyecto están la “Piel Bioperfectible”,una envolvente industrializada y evolutiva, que permite que la fachada y la cubierta del edificio se comporten como la piel de un ser vivo, reaccionando en función de las condiciones climáticas exteriores e integrando todos los sistemas de captación y disipación de la radiación, aprovechándose o protegiéndose de esta para conseguir un elevado bienestar interior. Inspirándose en el comportamiento de los organismos vivos, el edificio consta de un conjunto especializado de “órganos” interiores formados por instalaciones y redes de conducción de la energía interior: intercambiadores de calor mediante tubos enterrados, que refrigeran de forma natural el aire exterior, pozos de luz, que reducen sustancialmente la necesidad de iluminación artificial, chimeneas solares, que permitan la extracción del aire recalentado y , finalmente, una red de columnas de ventilación que cumplan, a la vez, funciones estructurales y de refrigeración. Estas estrategias permiten que el edificio se autoabastezca, en un 75% de su consumo energético, con fuentes de energía renovable, lo que lo sitúa entre uno de los proyectos de arquitectura bioclimática más avanzados de Europa.
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