[toggle title=»INTRODUCCIÓN»]
A principios del siglo XX, y en algunos lugares antes de esa fecha, la preocupación por la pérdida de importantes manifestaciones del patrimonio cultural y natural propició la toma de conciencia sobre la necesidad de avanzar en su conocimiento y protección. A estos objetivos iniciales, y junto con la consolidación de las democracias occidentales, se añadió el de su puesta en valor para el uso y disfrute de la ciudadanía.
En los últimos decenios ha saltado la alerta en torno al deterioro del medio ambiente y del territorio debido, en la mayor parte de los casos, a unos usos antrópicos agresivos e insuficientemente controlados. Se pasa entonces a considerar la necesidad de proteger amplias porciones del territorio para salvaguardar en lo posible sus valores que, ahora más que nunca, conjugan naturaleza y cultura.
La Administración de Cultura se ha propuesto ampliar el análisis tradicional de los objetos patrimoniales, es decir, sus propios horizontes de comprensión y gestión, a través de un planteamiento innovador de marcado carácter territorial. De este modo, se ofrece a otras administraciones y agentes que intervienen en el territorio una nueva perspectiva de acercamiento al paisaje desde el respeto, la conservación y la valorización de su patrimonio cultural. La experiencia acumulada del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) en relación con el análisis territorial del patrimonio cultural y la elaboración de la Guía del Paisaje Cultural de la Ensenada de Bolonia (GUÍA, 2004) son buena muestra de ello.
Una de las aportaciones más interesantes de la Guía, además del análisis interdisciplinar del ámbito de estudio1, ha sido su carácter propositivo, mediante la inclusión de una serie de esquemas proyectuales para la mejora paisajística de la ensenada, el mantenimiento de sus valores y su diversificación productiva.
El Proyecto de Actuación Paisajística que se presenta en este trabajo, promovido por el Ministerio de Cultura a través del Instituto de Patrimonio Histórico Español, desarrolla algunas de dichas propuestas, que tienen en la integración del patrimonio natural, cultural y paisajístico su principal apuesta.
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[toggle title=»CONTEXTO INSTITUCIONAL»]
Desde la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía se ha avanzado en la protección de áreas territoriales cada vez más amplias a través de la categoría legal de Sitio Histórico. Es el caso de los lugares vinculados con Juan Ramón Jimenez en Moguer, Setefilla o la Cuenca minera de Riotinto (BIENES, 2003). También los Planes Generales de Bienes Culturales (PLAN, 1993; 1997) inciden en la relación entre los bienes y su entorno, en un concepto que trasluce la centralidad del bien cultural como producto humano frente al espacio que lo rodea y contextualiza en el territorio. En el proyecto de la nueva Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía se da un paso más al considerar a determinados territorios y paisajes como patrimonio histórico, a través de la creación de una nueva categoría de protección: la Zona Patrimonial.
Por su parte el IAPH, desde su creación en 1989, ha potenciado la consideración del patrimonio cultural como parte indisoluble del territorio en el que se ubica y con el que interactúa de forma sistémica.
Ya en 1992 abordó el Proyecto Experimental para el Desarrollo de un Instrumento Integral de Tutela en Áreas Territoriales, Ambientales y Culturales (TEJEDOR; MARTÍNEZ MONTIEL; FERNÁNDEZ CACHO, 1994a; 1994b), en un momento en el que la Consejería de Cultura aún no disponía de inventarios informatizados (sólo se había iniciado el de Bienes Muebles de la Iglesia Católica por parte del IAPH), ni se había generalizado el uso de los Sistemas de Información Geográfica, tareas que se empezaron a abordar a partir de 1994.
Las Bases para una Carta de Patrimonio y Desarrollo (BASES, 1996) también apostaban por el análisis territorial del patrimonio cultural y su integración como recurso cultural y económico en las estrategias de desarrollo sostenible.
En el año 2000, a través del proyecto Alianzas para la Conservación, el IAPH comenzó una línea de estudios paisajísticos que culminó con la redacción de la Guía del Paisaje Cultural de la Ensenada de Bolonia (GUÍA, 2004), y en 2003 iniciaba su programa de becas de investigación
en Patrimonio y Territorio y Patrimonio y Paisaje. Ya en 2006 se consolida la creación del Laboratorio del Paisaje Cultural en el Centro de Documentación del IAPH, que desarrolla su actividad en cuatro líneas estratégicas en base a las prioridades que, en materia de paisaje, establecen las recomendaciones internacionales y el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía 2007: identificación, criterios de actuación y fomento de paisajes culturales, junto con proyectos concretos de intervención paisajística.
En la última de estas líneas estratégicas, enmarcado conceptualmente en las propuestas planteadas en la Guía, es donde se integra este proyecto de actuación que atenderá al mantenimiento y difusión de sus valores como paisaje cultural singular. El proyecto ha sido diseñado por el Taller de Inmuebles del Centro de Intervención del IAPH y su ejecución será financiada por el Ministerio de Cultura, a través del Instituto de Patrimonio Histórico Español con fondos provenientes del uno por ciento cultural del Ministerio de Medio Ambiente.
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[toggle title=»LOS VALORES DEL LUGAR»]
En la actualidad cualquier paisaje puede considerarse cultural, ya sea por la acción antrópica en su conformación, o por su aprehensión a través de la percepción humana. Sin embargo, no todos los paisajes son singulares por la especial significación de sus valores naturales, culturales o por una conjunción de ambos a la vez. En algunos, la pérdida de estos valores por actuaciones territoriales poco respetuosas con el medio se ha reflejado en una merma de su carácter identitario, el deterioro de sus recursos y su banalización.
La Ensenada de Bolonia, situada en el litoral atlántico de Andalucía entre los municipios de Barbate y Tarifa, es uno de esos lugares en los que es difícil precisar si son dominantes sus valores culturales o naturales.
Los instrumentos de protección de las Administraciones de Cultura y Medio Ambiente se han superpuesto en este territorio en el que conviven especies marinas y terrestres especialmente valoradas, formaciones geológicas únicas, sitios arqueológicos destacados, y unas características estéticas sobresalientes.
Desde la óptica de su análisis como patrimonio cultural, la Ensenada de Bolonia se considera como una entidad diferenciada del resto del territorio circundante. Esta consideración se establece en base a parámetros cualitativos, perceptivos y cuantitativos, entre los que destacan la densidad y singularidad de las entidades arqueológicas documentadas en este espacio, la permanencia de actividades que lo han caracterizado desde la antigüedad, la conservación de tipologías constructivas tradicionales y la consideración de pertenencia a un ámbito particular de la propia población.
En la Ensenada de Bolonia, las actividades humanas desde el Paleolítico han dejado en el paisaje improntas más o menos reconocibles en la actualidad, que han conformado a lo largo del tiempo el espacio que hoy es percibido por parte de la población residente y visitante. Estas improntas se materializan a veces en sitios arqueológicos de excepcional singularidad y otras en el imaginario local. Cuando estos valores se conjugan con características intrínsecas relacionadas con su estado de conservación, sus posibilidades de recuperación y su óptima localización, su utilización como factor alternativo del desarrollo endógeno es un compromiso ineludible. Este compromiso se establece fundamentalmente con la población local, ofreciendo unas directrices básicas para su explotación y, sobre todo, la información necesaria para su conocimiento: una sociedad que no conoce su pasado no lo valora y no está interesada en la preservación del patrimonio legado.
Los valores culturales de la Ensenada de Bolonia, junto con sus destacados valores ambientales, escenográficos y estéticos, han convertido este paisaje en zona de actuación de diferentes políticas desarrolladas por diversas administraciones públicas, regionales y locales, de distintos ámbitos competenciales, fundamentalmente Medio Ambiente, Cultura y Obras Públicas.
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[toggle title=»ORIGEN Y PROPÓSITO DEL PROYECTO DE ACTUACIÓN»]
La Guía del Paisaje Cultural de la Ensenada de Bolonia no se concibió como un documento de análisis y diagnóstico exclusivamente, sino que se apostó por realizar propuestas proyectuales para mantener los valores del lugar y permitir el desarrollo de iniciativas que mejoraran la calidad de vida de sus habitantes.
Partiendo de esta base, los proyectos se organizaron en cinco grupos principales: recursos culturales, protección y mejora del medio físico, modernización de infraestructuras, planificación territorial y adecuación de actividades económicas.
Estas propuestas parten de la consideración del paisaje de la Ensenada de Bolonia como patrimonio cultural en su conjunto, y se centran en el desarrollo de un esquema de medidas que podrían aplicarse para preservarlo y que afectan al ámbito de la economía, las obras públicas, el medio ambiente, la educación, etc.
No obstante, las actuaciones que se van a acometer con este proyecto inciden especialmente en la mejora de las condiciones paisajísticas de la ciudad romana de Baelo Claudia y de otros elementos del patrimonio cultural de la zona, como las tumbas antropomorfas de Betis, las canteras romanas de Punta Camarinal o la necrópolis prehistórica de Los Algarbes, entre otros.
Se insertan, por lo tanto, en los siguientes proyectos esbozados en la Guía: Red de Itinerarios Culturales, Plan de acciones en Baelo Claudia y Proyecto de paisaje en el borde costero. El objetivo principal de estas acciones es la integración del patrimonio natural y cultural en un entorno privilegiado, así como iniciar una vía de
estrecha colaboración y coordinación entre administraciones sectoriales con competencias en su preservación. Otros objetivos de carácter más específico son:
– Mejorar la oferta museográfica del Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia.
– Trabajar en el despertar de la conciencia patrimonial territorial.
– Unificar la imagen de las estructuras de cerramiento, mobiliario, señalización, etc. del patrimonio cultural de la Ensenada.
– Incorporar elementos del patrimonio cultural de la Ensenada de Bolonia en la red de senderos del Parque Natural del Estrecho y mejorar su accesibilidad.
– Potenciar el turismo ecocultural mediante la ampliación de la oferta de actividades y visitas.
– Proteger y mejorar el medio físico.
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[toggle title=»ESTRATEGIA DE PROYECTO»]
Proteger un espacio complejo como el paisaje de la Ensenada de Bolonia significa establecer las pautas para la acción2. La Guía del Paisaje de la Ensenada de Bolonia marcaba los criterios de intervención desde el análisis y el control de las diferentes estructuras que definen el paisaje, construyendo un proyecto de proyectos en el que se dibujaban las principales líneas de trabajo a desarrollar.
En este contexto, la oportunidad de redactar una serie de proyectos de intervención, que significasen un punto y seguido en el desarrollo de la Guía, como instrumento de gestión y planificación territorial, implicaba la necesidad de definir el soporte de la actuación. Los itinerarios culturales, ya definidos en la Guía, y el Conjunto Arqueológico como atractor cultural de la ensenada, cumplían esta función de soporte y enlace de los diferentes elementos patrimoniales dispersos
en el territorio.
Superar el concepto de patrimonio como objeto delimitado y enfrentar la dificultad de actuar a distintas escalas sobre un escenario en el que convergen diferentes realidades patrimoniales conlleva el desarrollo de nuevos mecanismos de proyecto que asuman la realidad cambiante de estos espacios.
Partiendo del Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia se traza una serie de itinerarios que permiten ordenar el registro del territorio a través de recorridos que, entendidos como herramienta crítica, incorporan sus elementos patrimoniales y hacen uso de la percepción como un valor cultural añadido. Hemos escogido el recorrido como una forma de expresión que subraya un lugar trazando físicamente una línea. El hecho de atravesar, instrumento de conocimiento fenomenológico y de interpretación simbólica del territorio, es una forma de lectura psicogeográfica del territorio (…)3.
La demanda de uso social de un patrimonio que empieza a percibirse como colectivo sugería una respuesta que ofreciera un lenguaje extensible al ámbito de la ensenada. En este sentido el proyecto establece un sistema de iconos asociados a acciones, Recorrer/Orientar/Proteger/ Disfrutar, materializados en una serie de objetos que se colocan en el territorio soporte, definiendo y cualificando espacios arquitectónicos4 de forma que las relaciones que se producen entre ellos, a partir de la experiencia humana, construyen la propuesta: una nueva capa de lectura que transforma simbólica y físicamente el espacio a través de la acción del observador; (…) una ordenación de “lugares especialmente hechos para la ocasión”, que se despliegan alrededor de la colina favoreciendo la contemplación solitaria, la discusión íntima, el pequeño grupo, la vasta asamblea… 5.
Identificar el patrimonio y ofrecérselo al visitante no podía generar un proyecto de mera señalización, era necesario establecer una mirada sobre el espacio de la Ensenada de forma que, a partir de su identidad cultural, se definieran las posibles pautas de intervención; una actitud contemporánea, en tránsito entre la cultura local y lo global, que responde a la demanda de una sociedad caracterizada por el movimiento, la fluidez y la flexibilidad pero que incorpora el pasado como punto de partida del discurso.
En ese proceso de asimilación e interpretación, se detectaron huellas y trazas (naturales y antrópicas) de forma que la acción de serigrafiar se reveló como la herramienta contemporánea para volver a grabar el territorio, definiendo un instrumento para la acción de proyecto. Así, las tumbas y canteras excavadas en las rocas, la erosión de la lluvia y el mar y las huellas en la arena se convierten en referentes de nuestra propuesta.
La sistematización y codificación de los objetos-iconos del proyecto permite representar y cuantificar rápidamente cada una de las acciones, ofreciendo un manual para intervenir en la Ensenada de Bolonia que proporciona y define un lenguaje de intervención, construido a partir de la selección de los materiales, permitiendo la serigrafía de los contenidos divulgativos, y sus texturas: hormigón prefabricado como piedra artificial, acero inoxidable para minimizar las secciones y madera que refleja en su propio envejecimiento el paso del tiempo. Lenguaje que pone en valor los bienes patrimoniales enfatizándolos por la propia
esencialidad de su diseño.
En este caso, intervenir en el paisaje supone establecer una estrategia de proyecto que define la herramienta para coser aquellos elementos patrimoniales dispersos en el territorio, generando espacios para detenerse, mirar, percibir y aprender, a partir de los cuales, y siempre en movimiento, se construyen trayectos, recorridos espacio-temporales, que sirven de estímulo para profundizar en el conocimiento de este territorio complejo.
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[toggle title=»PROYECTO DE ACTUACIÓN»]
Las acciones propuestas se engloban en un Proyecto de Actuación, instrumento de planificación que define la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA), en su artículo 42, para las Actuaciones de Interés Público en terrenos con el régimen de suelo no urbanizable, figura a través de la cual se organizan los distintos informes sectoriales de las administraciones implicadas.
Acción 1: Proyecto básico y de ejecución del itinerario cultural Baelo Claudia-Punta Camarinal. Adecuación paisajística del borde del conjunto
arqueológico de Baelo Claudia El proyecto construye el itinerario que partiendo del límite sur de la ciudad
de Baelo Claudia finaliza en Punta Camarinal incorporando como fragmentos un pozo-abrevadero, la duna monumento natural, un búnker
costero, un grupo de tumbas antropomorfas y una cantera romana, resolviendo la delimitación física del conjunto arqueológico y mejorando
sus relaciones con el mar.
Se construye un nuevo cerramiento en todo el perímetro del Conjunto que incorpora las correspondientes puertas de acceso. Su diseño se modifica por tramos en función de la distancia y la dinámica de la percepción (peatón o vehículo), variando la secuencia de elementos verticales de madera y la morfología del entramado horizontal. En la parte colindante a la playa la solución del cerramiento incluye un tejido natural como elemento protector para evitar la entrada de arena,
generando un límite semi-transparente que garantiza las condiciones mínimas de seguridad y la accesibilidad del conjunto arqueológico.
Este tejido recuerda la fuerte presencia del viento que tanto caracteriza a esta zona costera.
Las hipótesis que hacen referencia a la existencia de un muelle y sus correspondientes espigones que configuraban el borde costero de la ciudad de Bolonia, donde probablemente se llevarían a cabo los intercambios comerciales, nos trasladan a un espacio conformado por las velas de las naves, la madera de los muelles y las visuales que se establecen entre la ciudad y el mar. Así la actuación en este límite sur de la ciudad asume esta configuración y la fuerte carga formal
de la trama ortogonal de la ciudad romana junto a la fragmentación del sector de la fábrica de salazones, reflejo de su condición de ciudad borde, límite entre la tierra y el mar. El proyecto construye una nueva línea que se geometriza, dilatándose y generando lugares de estancia.
Esta nueva geometría, materializada en forma de pasarelas que se adosan al nuevo cerramiento del límite sur, rompe la fuerte direccionalidad de la línea de playa, recuperando la relación visual entre la ciudad y el mar, formalizando la protección de los restos arqueológicos y garantizando la accesibilidad a la playa. Entendido como inicio del itinerario, la propuesta resuelve el paso del arroyo de las Breñas a partir del cual el recorrido se desdibuja, materializando únicamente aspectos relacionados con la señalización, difusión y puesta en valor de aquellos elementos patrimoniales que se incorporan en el discurso.
Se proponen además actuaciones en los búnkeres, entendiendo que la protección administrativa de estos elementos obliga a realizar una adecuada conservación y puesta en valor de los mismos.
Acción 2: Proyecto básico y de ejecución de adecuación del conjunto arqueológico al nuevo proyecto museístico
Como consecuencia del proceso de cambio en el que se encuentra inmerso el Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, se plantea la oportunidad de proyectar un nuevo discurso museológico y museográfico que actualice los contenidos divulgativos y el mobiliario urbano, unificando el lenguaje gráfico y la materialidad de los soportes utilizados.
Dentro de este proyecto de adecuación, se delimitan calles y áreas arqueológicas para facilitar la lectura espacio-temporal de la estructura urbana, incorporando en un mismo elemento la protección de los restos arqueológicos y su señalización con los contenidos divulgativos serigrafiados en acero inoxidable. Se disponen nuevos pavimentos formalizando áreas de estancia y plataformas de observación que estructuran los recorridos, resolviendo los encuentros, e incorporando los elementos de mobiliario urbano que requiere el uso público del conjunto.
Acción 3: Proyecto básico y de ejecución del itinerario cultural puerto de Bolonia-tumbas antropomorfas de Betis
El lenguaje propuesto para colonizar el territorio también se hace patente en el itinerario cultural Puerto de Bolonia-Tumbas antropomorfas de Betis , que se apoya en la carretera secundaria que da acceso a estos asentamientos.
A lo largo del recorrido se proponen áreas de pausa construidas como dilataciones del camino y plataformas para la visualización de las tumbas
incorporando los soportes divulgativos.
La inserción de piezas prefabricadas de hormigón con geometrías regulares en un contexto orgánico construye estos lugares por oposición de forma que su disposición ordenada proporciona una superficie reconocible que se ofrece como soporte para materializar la sistematización propuesta.
Acción 4: Proyecto básico y de ejecución del itinerario cultural necrópolis de Los Algarbes-Punta Paloma
La necrópolis de Los Algarbes es uno de los yacimientos arqueológicos más relevantes de Andalucía, de forma que este Proyecto de Actuación incorpora su puesta en valor a través de un itinerario cultural que continúa hasta el enclave de Punta Paloma.
La propuesta incluye el nuevo cerramiento del área arqueológica ejecutado en madera laminada y cables de acero inoxidable, reinterpretando el vallado tradicional de lentiscos y acebuches, tipología ya ensayada en el cerramiento del Conjunto Arqueológico (acciones 1 y 2). Se proyecta un punto de recepción de visitantes que formaliza un área en sombra y se incorpora un nuevo discurso museográfico, incluyendo un mirador.
En el camino de Los Algarbes se introducen elementos de pausa y de señalización, así como mobiliario urbano.
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