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Una casa-ático de 80 m2 en Madrid cargada de luz a Norte y Sur es un gran privilegio en Madrid. A Norte las vistas son lejanas y abiertas tratándose de una gran ciudad. A Sur, un pequeño patio de manzana sin vistas permite que los rayos de sol atraviesen toda la casa.
Una pareja con dos hijos pequeños con un programa sencillo de uso. Dos dormitorios, un baño común, un aseo y el resto destinado a salón, cocina, comedor y terraza lo más unido posible.
Se plantean tres bandas de usos de Norte a Sur. En el primero y como lugar más público a Norte se sitúa la cocina y terraza. En la banda intermedia el salón y baño y en la tercera, dando al patio, los dormitorios y el aseo.
Una piel gris de paneles de cemento-madera recorre la vivienda protegiéndola en sus puntos más débiles y unificando los espacios en sus tres dimensiones, perdiendo así la noción de escala. Desde el acceso a la vivienda nos sentimos protegidos por la madera en su aspecto más industrial, recorriendo toda la vivienda por suelo y subiendo en paredes y techo únicamente en aquellos lugares que lo necesita. Se utiliza este material desde un punto de vista absolutamente pragmático, por su buen comportamiento ante la abrasión (en suelo), ante la humedad (suelo, pared y techo en baño y aseo), ligereza (como techo desmontable de cocina y baño para registro de climatización y puertas), como encimera (cocina y baños), a exterior (suelo de terraza y fachada).
El resto de la vivienda se resuelve también con madera pero esta vez en DM lacado en blanco para fundirse en su conjunto.
EL mobiliario se realiza también en DM lacado en blanco (cama, sillón, mesa salón y despacho, banquetas cocina) apareciendo como objetos inamovibles que den orden a la vivienda. El color se deja para las telas.
Dos mundos, el industrial y el blanco, que unidos dialogan perfectamente, enfatizando las condiciones de cada uno por su clara oposición.
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