Un espacio diáfano es convertido en el espacio vital de trabajo y estancia a modo de traje a medida.
No sobra ni falta tela, simplemente lo disponible se adapta perfectamente a los cuerpos y objetos.Si bien en la década que inauguraba este nuevo siglo, las sociedades avanzadas comenzaron a hablar de teletrabajo como una auténtica revolución, aún quedaban por solucionar problemas más profundos, como era la movilidad laboral y las vidas diversas y cambiantes que se sufren desde la emancipación de una persona, tanto en lo laboral como en lo personal.
La tecnología sí ha puesto a nuestro servicio los elementos necesarios para poder trabajar y comunicarnos desde cualquier lugar del globo, no así la arquitectura o mejor, sus gestores, que en una suerte de casino han de dejado en manos de los agentes económicos el destino de la producción de viviendas en nuestro país. Un mercado que solo tiene respuesta para determinados modelos de familia, con una estructura social y económica bien determinada, a la medida de las necesidades financieras de los prestamistas.
El caso del estudio Neuttro, es el resultado de dar respuesta a unas necesidades íntimas y personales, con imaginación, ingenio y un puñado de euros y sin doblegarse a los dictámenes del mercado.
El usuario del proyecto es un hombre joven de 24 años, de profesión interiorista, sin casa propia y compartiendo piso y estudio con otros compañeros. La decisión de invertir en un espacio único que resolviera en ese momento vital, todas sus necesidades fue decisivo para emprender la nada descabellada aventura de levarse la casa, al trabajo
Igualmente concibe el espacio de trabajo como un espacio en el que compartir experiencias, para ello el coworking es la mejor fórmula. Alquilar el espacio laboral para compartir con diversos profesionales experiencias vitales cortas en el tiempo y de ello extraer también un beneficio económico.
Reportaje fotográfico
ADQUISICIÓN DE DERECHOS