El proyecto consiste en reformar y ampliar un hospital ubicado en el popular barrio de Triana en Sevilla y que fue antiguo dispensario de la Cruz Roja. La idea era que el edificio acompañase a la atención sanitaria de primer nivel que el centro venía ofreciendo a sus pacientes, así como resolver los problemas de circulación existentes después de diversas reformas y ampliaciones llevadas a cabo desde el origen del edificio y que le habían llevado a presentar una imagen muy heterogénea y un tanto deteriorada.
Con todas estas premisas se realizó un proyecto ambicioso que ampliase notablemente las instalaciones del hospital, que resolviera los problemas del edificio y que fuese capaz de dotarlo de un aspecto homogéneo y completamente renovado. Así se proyectó un remonte de una planta destinado principalmente a hospitalización, con 27 nuevas habitaciones, un sótano que ocupa todo el patio central y en el que se han ubicado servicios de diagnóstico y tratamiento de última generación como la Hemodinámica, un Pet-Tac o el nuevo acelerador lineal, para el que ha habido que construir un bunker con muros de hormigón de gran espesor y densidad. Un nuevo edificio situado en el centro del patio, actúa como pieza autónoma que resuelve las nuevas comunicaciones y conforma la cuarta fachada de un gran atrio que funciona como vestíbulo principal a modo de “casa patio”, su programa funcional contiene la cafetería en planta baja, los nuevos paritorios en planta primera, hospitalización en planta segunda y la capilla en la última planta cuya principal característica es poseer un retablo exterior con una escultura en bronce de la Virgen Milagrosa, obra del prestigioso escultor Jose Antonio Navarro Arteaga. El patio se termina de conformar con un segundo atrio que funciona como vestíbulo para los servicios de radiología o laboratorio.
La fachada exterior es un elemento muy importante, puesto que debía poner de manifiesto la envergadura de la remodelación llevada a cabo, debía también unificar lo nuevo con lo existente, así como reflejar la tecnología de última generación que iba a contener y a la vez asentarse de forma natural en el lugar, dando una imagen de gran edificio público con una cuidada arquitectura. Se decidió proyectar una nueva piel que lo dota de un nuevo aspecto formal, utilizando materiales como la piedra natural o el aluminio con grandes lamas de vidrio que unifican los diferentes huecos y que acompañados por la gran cornisa superior, acentuaran la horizontalidad del edificio, todo ello completado con dos elementos singulares en la composición, las grandes marquesinas que señalizan la entrada principal por la c/ San Jacinto y la entrada de urgencias situada en la c/ Olivares.