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El local escogido como soporte para un pequeño restaurante de comida casera se encuentra en una calle muy comercial y de intenso tráfico de Madrid. Como respuesta al entorno, se trataba, por un lado, de captar desde el interior el movimiento exterior y, por otro, evitar una excesiva contaminación acústica. Conexión y aislamiento al mismo tiempo, conceptos que parecen contradictorios. Claridad y calidez del espacio con parámetros contemporáneos, conceptos que parecen complementarios. Nuestro proyecto trata de dar respuesta a todo ello.
Una caja de acero y vidrio conecta interior y exterior. Esta caja, que además esconde dos machones de ladrillo de la estructura original del edificio, hace las veces de cortavientos y diafragma acústico. Se ha respetado el pequeño saliente de la fachada original para ampliar al máximo el plano de vidrio exterior de manera que el local adquiera mayor presencia urbana. Al mismo tiempo, como mecanismo espacial, reduce su altura libre al mínimo para comprimir el espacio en una pequeña pero eficaz transición para descubrir un interior sereno y equilibrado.

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Una vez en el interior, descubrimos un espacio limpio y claro, unitario, con una arquitectura sin protagonismo, donde las cosas se muestran como son y para lo que son. Los materiales empleados, madera, vidrio, paneles acústicos y una enorme serigrafía, subrayan estos aspectos. La madera de roble se ha empleado en el suelo y, de forma continua, se pliega para convertirse en un banco que recorre toda la profundidad del local. El panel acústico reviste el plano vertical por detrás y por encima del banco y dobla, también, en horizontal para crear un falso techo suspendido. Esta disposición de los paneles acústicos garantiza un extraordinario comportamiento acústico en cuanto a las reverberaciones (fundamental en un espacio de tan pequeñas dimensiones y con una geometría tan estrecha y alargada), incluso cuando el local se encuentra en máxima ocupación. Los encuentros entre materiales, también limpios y sencillos, se resuelven con aire y luz, los dos mejores “materiales” para resolver estas cuestiones en arquitectura. Dos tiras continuas de iluminación fluorescente escondida en sendos foseados rasgados longitudinalmente señalan con claridad los límites de los materiales, su uso y su función.
El plano frente a las mesas es una de las claves en el diseño del local, y para ello se ha recubierto con una gran serigrafía que incluye los ingredientes y las recetas de numerosos platos de cuchara de la variada y extensa gastronomía española (hay, al menos, un plato de cada comunidad autónoma), y que pueden prepararse y servirse en caso de que el cliente así lo solicite. Como un recorte preciso en dicha serigrafía se integra el mueble auxiliar de servicio para el comedor (vajillas, cuberterías, etc.) y el botellero, realizado todo ello en madera de DM lacada en blanco, así como la pequeña barra realizada en Silestone blanco, como elemento de conexión con la cocina.
La pared frente al acceso se ha recubierto con un espejo de grandes dimensiones que amplia visualmente el espacio del local y permite controlar la caja de acceso desde la barra, que se encuentra al fondo. Este frente se rasga con un panel de DM lacado en blanco que esconde la puerta de entrada a los aseos.
Especial importancia se ha concedido al tratamiento del plano del suelo, donde los distintos materiales se emplean para delimitar espacios. Así, la madera se ha escogido para el espacio del comedor, más cálido, el gres para las zonas húmedas y almacén y un felpudo de coco cubre la superficie de la caja de acero y vidrio del acceso.
La disposición de las mesas, en una tira continua a lo largo del banco, responde a un criterio de máxima flexibilidad en un espacio de dimensiones tan reducidas para acomodar de manera sencilla y rápida a cualquier grupo de comensales que se presente.
En definitiva, un espacio sencillo y funcional, fresco y divertido. Un marco acorde al actual modo de vida urbano y contemporáneo, realizado con pocos materiales atemporales, todavía poco frecuente en nuestra ciudad. Como un vagón de tren eficaz al que aportan un divertido movimiento pendular quienes lo habitan a diario.