La Sede Corporativa se ubica sobre la carretera Panamericana a su paso por San Salvador. Frente a las degradadas construcciones comerciales e industriales que caracterizan este tramo de la carretera sin apenas proyección pública, el nuevo edificio se inserta entre ellas y se asoma con un potente voladizo participando de la intensidad del tránsito, mostrando su actividad interior y actuando como elemento renovador del paisaje urbano.
El edificio está formado por dos crujías superpuestas y dispuestas entre sí en forma de cruz, entrelazando llenos y vacíos a su alrededor. De este modo una secuencia progresiva de compresiones y dilataciones ordena y cualifica las circulaciones en torno suyo así como las áreas de acceso y estancia.
Desde la carretera se accede a la parcela por una calle interior y a través de los jardines frontales se llega a un zagúan de entrada. Esta área de compresión espacial actúa ajustando la escala a la del usuario, de modo que se entra al edificio por un espacio más recogido. La parte posterior de la parcela se dedica al aparcamiento el cual se ubica entre los pilares y pantallas del edificio. Este espacio, lejos de ser un área residual del proyecto, adquiere especial relevancia dado que está fuertemente caracterizado por la expresiva estructura que lo cubre y las áreas vegetales que lo rodean.
En el cruce de ambos volúmenes, un vacío vertical los conecta permitiendo relaciones visuales entre los distintos niveles y programas. Aquí la luz es vertical y proviene de lucernarios en cubierta, como contraste a la espacialidad horizontal del espacio superior de oficinas.
El cuerpo superior alberga el programa de oficinas y usos colectivos. Estructuralmente se resuelve con dos pórticos longitudinales paralelos que configuran dos voladizos en los extremos, y vigas de menor sección perpendiculares a éstos. Esta pieza enfatiza la horizontalidad y se vincula con el horizonte a través de un tamiz de lamas de acero que actúan a su vez como soportes de muro cortina invertido y protección solar.
Las lamas se disponen de manera homogénea a lo largo de las fachadas longitudinales, este y oeste, de tal modo que permiten la iluminación homogénea y difusa del espacio de trabajo. Los corredores interiores que discurren junto a las fachadas actúan igualmente como áreas que evitan la incidencia directa del sol sobre el área de oficinas en determinadas horas del día. En la fachada sur la celosía de lamas desaparece y el cerramiento se retranquea de la línea de estructura generando una terraza exterior, mientras que en la fachada norte el cerramiento excede los límites del hormigón y se proyecta sobre la carretera ofreciendo vistas hacia el volcán de la ciudad.
Reportaje fotográfico
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Planos
Ficha técnica
Obra: Sede de Puma Energy El Salvador
Situación: Km. 9 ½, Carretera Panamericana, Santa Tecla, La Libertad, CP 1501, El Salvador
Cliente: Puma Energy S.A. de C.V.
Arquitecto: Marcelo Ruiz Pardo / Ruiz Pardo – Nebreda S.L.
Arquitecto técnico: Sonia Nebreda / Ruiz Pardo – Nebreda S.L.
Colaboradores: Arturo Alberquilla, Alejandra M. de la Riva, Loreto Moreno, Javier E. Lecumberri, Luis Pancorbo (arquitectos)
Consultores: Mecanismo (estructuras), JG Ingenieros (instalaciones), Arup (fachadas), JMIA (fiscalización)
Contratista: Castaneda Ingenieros S.A. de C.V.
Superficie construida: 1.575 mm2