Buscábamos una nueva sede en la que desarrollar nuestro trabajo pensando en un espacio amplio y luminoso en el que hasta las entregas mas largas tuvieran algo de agradable.
La huida de las zonas comerciales fue la clave para encontrar un enclave de acceso inmediato pero en una calle tranquila, a la espalda de un gran edificio pero mirando al noreste.
Al entrar en el local por primera vez, aún en bruto, y vislumbrar en la oscuridad los 5,50 de altura libre y la dimensión de los huecos (2,60 x 4,40) lo vimos claro: sólo teníamos que dejar entrar la luz.
Así ordenamos el espacio a partir de la sala de trabajo a doble altura, dividiendo el fondo del local en dos plantas: arriba la parte más representativa para los socios y la sala de reuniones y abajo las zonas de producción, almacenaje, aseo y office.
Además, se convirtió en un ejercicio de honestidad, al emplear los mismos materiales que recomendamos a nuestros clientes, convencidos de que la calidad arquitectónica no está reñida con un costo razonable. Combinamos fundamentalmente, vidrio, acero y madera, apoyados por revestimientos cerámicos en las zonas húmedas y piedras (naturales y artificiales) en los suelos. Las zonas accesorias, se encierran en cajas forradas por metacrilato naranja.
Obtuvimos un espacio de trabajo luminoso, versátil y confortable.