Félix de la Iglesia, Alfonso Ruiz Robles

Reseña Histórica
En los primeros años del siglo XX se instalaba en el solar, ubicado en el antiguo camino de Lorca a Guadix y promovido por D. José Felip, un primer Salón Ideal de planta rectangular y graderíos enfrentados. En él se realizaron, además de representaciones escénicas, las primeras proyecciones de cine mudo. El auge que la producción cinematográfica adquiere con el sonoro, hace que se plantee en 1928 la construcción del Salón Ideal que ahora se ha rehabilitado. Fueron sus promotores los hermanos Manuel José y Joaquín Íñigo Marín y el proyecto se le atribuye a D. Fernando Wilhelmi Manzano.

Descripción del Edificio
Se levantó un edificio que recogía, de una parte, la imagen deseada por sus promotores -ligados a ciertas corrientes vanguardistas- que pretendía configurarse a partir de elementos y espacios puros; y de otra parte, los planteamientos del autor del proyecto, más cercanos a modelos y lenguajes locales y que fijaban su interés en la expresividad de la fachada y la sala.

El resultado fue, en definitiva, un modelo más cinematográfico que teatral, en el que la sala se significaba como su elemento esencial, potenciándose constructivamente con sus muros laterales. La platea y el anfiteatro con sus balcones asumían la carga simbólica del edificio, relegando a las galerías laterales, el pequeño vestíbulo y la tramoya a un segundo plano, como espacios subsidiarios de la sala.

Propuesta de Intervención
Para su rehabilitación, un conjunto de consideraciones condujeron a la necesaria modificación del modelo. En primer lugar, el desarrollo de la ciudad en esta zona en los últimos años y el trazado de una nueva vía peatonal, llevó a la supresión de la galería de servicio lateral del teatro. La imposibilidad de utilizar este nuevo espacio por el teatro forzó a plantear nuevos mecanismos de relación entre la sala, el mundo de la escena y las zonas complementarias del público y administración.

En segundo término, la insuficiente articulación existente entre la calle y la sala, unido a la falta de visión que de la escena producían los balcones laterales y el necesario acondicionamiento del anfiteatro, llevaron a proponer una única platea que posibilitara la aparición de un espacio de relación social del teatro con el público y la ciudad. Surge así, bajo la platea, el gran vestíbulo, acorde con la naturaleza y relevancia del programa al que es destinado el edificio, con capacidad para 300 localidades y una localización singular en Baza.

Limitada sensiblemente la capacidad del edificio para establecer una nueva relación urbana en el lugar, se potencia el plano continuo de la sala hacia la nueva calle, en su forma y materialidad, como elemento determinante de este nuevo carácter urbano, acentuándose su disposición entre la compleja tramoya y el valor simbólico de la fachada.

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Especial mención requiere el anexo teatral, no sólo por el importante incremento de superficie destinada a almacenaje y camerinos, sino especialmente por la posibilidad que ofrece de plantear una más compleja mirada del hecho teatral y cultural. Se posibilita en este sentido, una sala de usos múltiples en la zona de camerinos, disponible según las propias necesidades del edificio o requerimientos municipales para nuevas actividades.

Se ofrece con la rehabilitación una nueva sala más acorde a la forma, tamaño y ubicación del edificio, capaz de proponer la escala de lo público en un tejido urbano muy medido, construyendo una relación más abierta con esta nueva parte de ciudad ya consolidada de Baza, con el complejo vestíbulo y la aparición de taquillas y accesos en la nueva calle.

Por último, una pieza teatral que se adecua a los nuevos requerimientos con el importante desarrollo de la escena y la tramoya, cubriendo e incorporándose a las expectativas de la actividad teatral de Andalucía.