El proyecto, que se organiza teniendo en cuenta las características físicas del lugar y las necesidades de los futuros usuarios, plantea cuatro “pabellones abiertos”, colocados perpendicularmente a la línea más cercana del muelle pesquero e integrados en su plataforma peatonal.
Vista hacia el Oeste con Barbate a la derecha
Los pabellones, instalados en una zona aún por definir, se quieren entender como piezas abiertas, como envolventes de hormigón visto que cobijan en su interior y retranqueados los cuartos de armadores, entendidos estos como “containers”, pabellones como envoltorios neutros en los que caben multiples posiciones de los cuartos con sus propias leyes de combinación y donde la forma exterior busca relaciones de vecindad con otras cajas. Establecidas estas bases es facil organizar la disposición de los cuartos en cada una de las piezas, pues la capacidad combinatoria del dispositivo permite la variación en la agrupación, resultando una estructura entramada donde con unos elementos intencionadamente combinados conseguimos gran variedad y diversidad en las agrupaciones de los cuartos.
Vista desde el acceso
Entendemos que como consecuencia de ello las posibilidades de uso y apropiación de los cuartos se diversifican y, en los espacios exteriores que los rodean, tanto bajo los voladizos como en los espacios exteriores, las posibilidades de encuentro y recorridos se multiplican. Así, si en este pequeño lugar de pescadores los espacios entre los pabellones fueran definidos como calles, los variados recorridos perpendiculares y diagonales de menor jerarquía los pensaríamos como plazas, caminos y atajos.
En el arbitrario orden de los cuartos, en sus combinaciones y cambio de escalas en sus recorridos diagonales, en los diferentes ensanchamientos y estrechamientos, en las dilataciones y constracciones, es donde el proyecto encuentra su razón de ser y el mismo se enriquece a la espera de una futura ocupación.