Desde mediados del siglo XIII y durante toda la Edad Media, los territorios que conforman el reino de Sevilla van a estar marcados y condicionados por la Banda Gallega (zona fronteriza con el reino de Portugal), y las defensas pasivas (las fortificaciones) van a ser modificadas, ampliadas o reforzadas, además de producirse casos de nuevas fundaciones, como es el caso de Cumbres Mayores.
El documento que recoge la construcción del Castillo tiene fecha de 1293, y es carta a Sevilla de Sancho IV, concediéndole permiso para la construcción de los castillos de Cumbres Mayores y Santa Olalla. Esa fecha, pues, se puede considerar la del inicio de la construcción del edificio que se conserva actualmente. La ciudad de Sevilla actuaba sobre la comarca serrana como su señor inmediato, y es a Sevilla a quien compete velar por la seguridad de su tierra y especialmente de sus fronteras. Parece ser que después de 1293 no se construyeron más castillos en la sierra, ya que con Santa Olalla y Cumbres Mayores la comarca se podía considerar bien guardada.
Situación del Castillo en la población de Cumbres Mayores (Huelva)
El Castillo de Cumbres Mayores puede responder a necesidades, si bien militares, complementarias e incluso distintas a las que planteaba Portugal. Sin duda son razones estratégicas las que llevan a la elección de este enclave para levantar el edificio. La comarca serrana debía asegurarse la defensa en tres frentes: la frontera portuguesa, la comunicación con el norte peninsular y la frontera norte con las órdenes militares.
Según la documentación conservada en el Archivo Municipal de Cumbres Mayores, tras la reconquista y una vez solucionados los problemas con Portugal, pasan siglos sin que ningún organismo (ni el Estado) cumpla funciones de amparo tutelar ni econóico sobre el castillo. También consta que a finales del siglo XIX (tiempos de la desamortización) se intentó vender. Tras diversas vicisitudes, el Ayuntamiento consiguió conservarlo. Actualmente está considerado como un bien propio del Ayuntamiento, sujeto a la protección del Estado y del Patrimonio Artistico Nacional; el 2 de agosto de 1895 fue declarado Monumento Nacional.
En el año 1981 el interior del recinto es cedido a la Federación Española de Fútbol y se crean las instalaciones del campo de fútbol municipal. Actualmente este uso estáextinguido, y allí permanecen los vestigios de dicha actividad.
Vista del interior del recinto
Resumen general del proyecto:
El proyecto presente trata de hacerse eco de las datos obtenidos en los estudios previos de la historia de Cumbres Mayores. Para el proyecto se trata por un lado de consolidar el patrimonio existente así como de dar cabida a los nuevos usos planteados para su remodelación.
Por una reciente restauración, el Castillo (entendido éste como conjunto de lienzos murarios que encierran un vacío), se encuentra en muy buenas condiciones de conservación. La relación de las principales actuaciones ejecutadas en dicha restauración es la siguiente:
– Demoliciones y rectificaciones en el frente de acceso, liberando la torre Sur mediante la rectificación de las gradas de la plaza de toros.
– Reconstrucción de algunas almenas y sus remates.
– Labores fundamentales en los paramentos de las murallas, con el saneado de los elementos vegetales, reparaciones en mampostería y morteros, y limpieza general.
– Nuevo empedrado del paseo de ronda y torreones sobre solera de hormigón, con
pendientes hacia gárgolas (nuevas).
– Reparación de escalinatas y pretiles.
– Reparaciones y nuevos elementos de cerrajería.
Con la intervención arquitectónica, se trata de recuperar para un fin cultural el recinto intramurario del Castillo de Sancho IV que, actualmente, se encuentra totalmente “contaminado” con una serie de usos, construcciones parásitas y falsas cotas de servicio (desmontes y aportes de tierras artificiales), consecuencia del uso pretérito del campo de fútbol. Actualmente, y derivado de ello, sólo quedan hábiles para el tránsito humano las zonas pegadas a los lienzos (y obviamente, el paseo de ronda, restaurado por éste estudio en fases anteriores).
El planteamiento del proyecto pues, se completa con una serie de usos, totalmente compatibles con el B.I.C., y que, a buen seguro, contribuirán a su conservación, su entendimiento y la difusión cultural (tanto del castillo como del conjunto de recintos amurallados de la Banda Gallega). Dichos usos están concentrados en una pequeña construcción ligera y efímera que se plantean con proporciones, materiales e impacto visual minimizado, para que su integración con el conjunto sea total; además, se disponen de forma fragmentada, según recomiendan los estudios arqueológicos realizados en estos 10 años de trabajo.
Dentro de las obras del CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL TERRITORIO, se inscriben 3 volúmenes modulares perfectamente diferenciados, aunque inter-conectados entre sí a través de los recorridos que implementa la zona urbanizada-exterior que los engloba.
La actuación, en definitiva, proporcionaráal conjunto un grado dotacional que le es imprescindible en la actualidad.
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