El proyecto interviene sobre dos naves industriales yuxtapuestas estructuradas mediante 9 y 7 pórticos metálicos de 15 metros de luz que cubren una longitud de nave de 32,5 metros. Desde sus inicios estas naves fueron empleadas para aliviar la necesidad de espacios municipales en la zona norte de Málaga, en el barrio de Ciudad Jardín, que conforma la entrada rodada a la ciudad. En su azarosa historia las dos naves han ido albergando distintos usos municipales en un crecimiento interno desordenado, y por su situación junto a barrios marginales de la ciudad, han sufrido actos vandálicos que han limitado su relación con el exterior. Esta bunkerización frente a un exterior hostil redujo la entrada de iluminación natural y la ventilación de la superficie encerrada en las naves.
Se pretende con el presente proyecto de rehabilitación industrial, revertir esta situación cualificando el espacio interior con propiedades de exterior. Se interviene en la totalidad de la nave sur con un programa formativo y administrativo, y parcialmente en la nave norte con un programa de almacenaje.
Por ello, con el objetivo de dotar de iluminación y ventilación al programa formativo previsto, se preserva un ámbito en fachada equivalente al espacio entre dos pórticos, que funciona como un patio frontal cerrado por una celosía de chapa de acero perforado, que crea en el interior cubierto y cerrado un espacio iluminado y ventilado al que miran los principales espacios del interior: Administración, Vestíbulo de usos múltiples y zonas comunes.
Un lucernario lineal en cubierta permite la entrada de un plano de luz que discurre a todo lo largo de la nave sur, en cuyos interiores, particiones de policarbonato definen usos sin suponer barreras luminosas. Se ha procurado introducir los ritmos del día a los espacios interiores, que ganan en calidez al alejarse de su original condición de clausura. Para favorecer al máximo la condición luminosa de un interior originalmente concebido como espacio industrial y por ello, con espacios alejados del perímetro exterior del edificio, unas particiones interiores de doble panelado de planchas de policarbonato tamizan la luz y las vistas sin fragmentar el volumen espacial envuelto por la nave, cuya escala se percibe tras la compresión del conducto de entrada, a su paso por el patio a fachada.
Las estancias destinadas a aulas de formación y de prácticas se orientan hacia las fachadas sur y Oeste, quedando ocultas desde el exterior al estar protegidas por una piel de chapa grecada verde, continuando en fachada la piel de la cubierta. En estos tramos, la chapa está perforada por lo que desde el interior se puede percibir el exterior y ventilar a través de dicho revestimiento, garantizándose la privacidad de vistas y la seguridad necesarias.
En el vestíbulo interior, cuya posición centrada articula el reparto de usos: aulario, administrativo, zona de prácticas, almacenes y aseos, la presencia de un olivo centenario, hermano del existente en fachada, enfatiza la condición de exterior que se ha pretendido para un espacio cerrado, que finalmente reduce el sentido de materialidad y cerramiento a su envolvente exterior, cualificándose en su interior una atmósfera luminosa, confortable y serena.
