El Centro de Interpretación Cádiz Prehistórico pretende ser un referente de la prehistoria gaditana. El nuevo edificio recoge una exposición ilustrativa de diversos elementos característicos de esta época histórica, siendo además el punto de partida de diversas rutas arqueológicas.
El edificio se encuentra en el municipio Benalup-Casas Viejas de Cádiz, próximo a la costa y dentro del área del Parque de los Alcornocales. Su seña de identidad viene dada por un entorno natural protagonizado por el intenso color verde de los pinos. La topografía variada en la que se asienta permite obtener apreciaciones diversas de lo próximo y de lo lejano, dotando al paisaje urbano de un horizonte vegetal.
La implantación del edificio tiene que hacer frente a una situación de medianeras que varían en altura y a un entorno edificado de escasa entidad. El edificio aborda esta circunstancia tomando el paisaje como referencia, adoptando una presencia rotunda hacia el exterior, y resolviendo un interior donde surge la sorpresa.
Exteriormente, el edificio oculta todas las medianeras y mantiene la alineación de la calle con un pequeño retranqueo en planta baja, singularizando el acceso. Desaparece cualquier elemento decorativo en la composición y sólo surge un hueco con vidrio oscuro. Este hueco servirá para reflejar el paisaje desde el exterior y para capturarlo desde el interior, acentuando la vocación integradora de la propuesta con el entorno natural. El volumen resultante, blanco, continúa la línea de las construcciones tradicionales del lugar. Sólo el zócalo, de chapa ondulada en color negro, determinará su carácter de equipamiento público y contemporáneo.
Dentro del edificio, la luz está presente a través del patio y de un lucernario en cubierta que introduce la luz cenital en el vestíbulo de entrada. La incómoda geometría del solar se regulariza a través de elementos vacíos como el patio o el vestíbulo adaptando, de este modo, el resto de espacios a una geometría ortogonal.
Los recorridos se desencadenan desde una rampa descendente que nos conduce desde el exterior hasta un zaguán: un diafragma que nos invita a acceder al vestíbulo de entrada, constituido con una doble altura iluminada naturalmente.
El recorrido del edificio se inicia desde el exterior, descendiendo por una rampa que alcanza un zaguán oscuro de escasa altura, a través del cual, se descubre, a continuación, un amplio vestíbulo de entrada de dos alturas iluminado naturalmente.
El recorrido interior comienza en planta baja y desciende al sótano a través de una escalera abierta e iluminada desde el patio interior. En planta sótano se sitúan, por un lado, los talleres y el patio como espacio de trabajo al aire libre, y por otro, el inicio del programa expositivo que se recorre linealmente. A las plantas superiores se asciende por una segunda escalera interior, que alcanza la planta baja en primer término y posteriormente la planta primera, concluyendo el recorrido expositivo en un balcón que muestra el vestíbulo de entrada de planta baja. En este punto vuelve a aparecer la iluminación natural para conducir al visitante en la finalización del recorrido.
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