El programa establecía la construcción de unas “piscinas climatizadas”, con la particularidad de que pudieran descubrirse/abrirse en la mayor proporción posible en época estival, de tal forma que su funcionamiento fuera constante durante la totalidad del año; esta premisa se adecua con bastante idoneidad a los requerimientos climáticos de prácticamente todo el sur de Europa, por lo que su inclusión como condicionante de partida no hace más que aportar cualidades al funcionamiento general y la eficiencia energética del edificio.
Se incorporarán posteriormente unas piscinas para uso en verano y unas salas polivalentes para usos múltiples. Esto supone la revisión del concepto previo de «edificio de piscinas cubiertas», ya que ahora es una construcción cuyas instalaciones auxiliares (vestuarios, administración, bar, etc.) han de satisfacer también los requerimientos del conjunto.
En definitiva, la dificultad del programa era extrema; máxime si se tiene en cuenta que la tipología de “piscina climatizada” tiende a ser una “máquina con respiración exacta“, colapsada de instalaciones y otros requerimientos más cercanos a la ingeniería naval que a la arquitectura…
La edificación se ubica en terrenos localizados al sur-este del núcleo urbano de Puente Genil (Córdoba), en una zona de reciente urbanización y destinada básicamente a uso residencial y dotacional.
El volumen principal construido se inscribe en un rectángulo en el que el lado mayor sigue la orientación E-O, lo que permite abrir al Sur el frente mayor del recinto de piscinas, y cerrar el edificio al Norte.
El resto de piezas del conjunto se disponen de forma que las sombras arrojadas entre ellos y sus orientaciones más favorables predominen en la configuración arquitectónica.
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Se establecen una serie de premisas/acuerdos , entre los agentes intervinientes en el proceso de generación del edificio, conducentes a optimizar el funcionamiento y procurar un “balance energético” tendente al equilibrio, que se han intentado incorporar al proceso constructivo, sin desvirtuar la percepción espacial del edificio:
Diseño general, energéticamente pasivo (utilización de la luz natural, de la ventilación natural y resto de condicionantes “medioambientales”), uso exhaustivo de energías renovables para la climatización y calentamiento de agua (paneles solares térmicos; calderas de biomasa, fachadas, lucernario motorizados…) y flexibilidad de la edificación (sensible a los cambios climáticos diarios y estacionares, y a los posibles cambios de uso)